La obra de Felipe viaja en una maleta y no porque sea poca sino porque, en una valija que es el cerebro humano, las imágenes se agrupan en un amasijo verbal, de cierto modo incongruente, pero al final, como el niño balbuceante, con una coherencia de fondo, de ideas, de tratar de decir en un tiempo y espacio limitadísimo. Ansiedad, mucha ansiedad porque no se desvanezca la memoria.
Eugenio de Melon,
15 Agosto 2012